Abonar las plantas – ¿Por qué, cuándo, cómo? – Guía general de abonado

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Al abonar las plantas se debe saber que cada cultivo demanda una determinada cantidad de abono para crecer óptimamente. No obstante, esta actividad puede ser considerada como simple, y que no se necesita mucho control y medición, debido al erróneo pensamiento de que el suelo contiene los nutrientes suficientes. Otra idea errónea es que todas las plantas necesitan los mismos nutrientes, nada más alejado de la realidad.  Opiniones que producen un bajo desarrollo de muchas plantas.

Consejos a saber al abonar las plantas

Primero que nada, tenemos que aclararte que el abonado es una actividad algo compleja, por lo que a muchos les resulta conveniente dividirlo en tres fases. A la primera fase se le conoce como abonado inicial, y consiste en la preparación del suelo para los cultivos; la segunda fase es el abonado de mantenimiento, suministrando nutrientes a los cultivos más exigentes; y el abonado específico, que sirve de respaldo para las plantas que necesiten algún nutriente en particular.

A continuación, te explicaremos algunos aspectos a tener en cuenta al realizar esta actividad, no solo para su correcta realización, sino también para que armonice con las otras actividades de la jardinería.

Al abonar las plantas debes saber que algunos cultivos consumen más nutrientes

Es innegable que la mayoría de las especies de planta desarrolla un patrón de consumo nutricional propio, por lo que antes de cultivar una especie debes investigar sus demandas de alimentación.

Sin embargo, existen algunos indicios acerca de su exigencia en nutrientes. Por ejemplo, los cultivos que producen una gran cantidad de frutos llegan a consumir una mayor cantidad de nutrientes, en comparación con cultivos que producen un solo fruto, como las lechugas, espinacas, zanahorias, cebollas o rábanos. Además, los cultivos que producen bastantes frutos tienden a vivir por más tiempo, manteniendo las exigencias del abonado por un tiempo más largo.

Algunos de los cultivos que consumen una gran cantidad de nutrientes son los tomates, los pimientos, las berenjenas, los calabacines, las calabazas, los melones y las sandias.

¿Cómo se debe abonar las plantas?

Abonado de fondo o inicial

El abonado inicial se realiza al momento de preparar el suelo o reciclar un sustrato antiguo. Proceso que suministra una dosis renovante de nutrientes, ya que los cultivos anteriores han tomado una porción importante de los depósitos naturales.  En esta fase te recomendamos usar compost, estiércol o humus de lombriz, sobre todo si planeas cultivar en macetas con un sustrato muy compactado.

Este abonado se realiza al momento en que se remueve la tierra para soltar el suelo, ayudándonos a llegar las capas internas. En caso de tener un jardín o un área de cultivo, expertos suelen recomendar que se trabaje la tierra a unos 20 a 25 centímetros de la superficie.

En las macetas previamente se debe retirar la tierra para soltarla y agregar el abono en el tercio superior del sustrato, mezclándolo ligeramente. De esta manera, al comenzar a crecer las raíces se extenderán por las capas superiores ricas en abono, y al momento en que desciendan a las capas inferiores se abra filtrado el abono hacia abajo, donde las plantas lo aprovecharán.

¿Cómo hacer el abonado de mantenimiento?

En esta fase generalmente se hace el uso de un abono sólido o líquido, el cual se debe aplicar con una frecuencia o periodicidad establecida, normalmente quincenal (dependiendo de la planta y el clima), junto con el riego. Se debe abonar las plantas con lo que se considera como abonos balanceados, debido a que suministra los nutrientes que las plantas necesitan en proporciones equilibradas.

En general, en macetas, este abonado se realiza cuando han pasado de seis a ocho semanas del trasplante. Esto se realiza por que las plantas suelen agotar gran parte de los nutrientes, no solamente por su consumo, sino también por la filtración de nutrientes por los agujeros de drenaje.

Una periodicidad quincenal del abonado es ideal para la mayoría de hortalizas, ya que les permite cerrar su ciclo adecuadamente. En este caso, también puedes utilizar el compost, estiércol o humus de lombriz que has utilizado en el abonado inicial, agregándolo superficialmente y removiendo levemente para que se pueda incorporar con el agua de riego. Las hortalizas generalmente se podrán cosechar poco después de este abonado.

En el caso de tener un jardín amplio o terreno de cultivo, el abonado depende mucho del tipo de suelo que mantienes, el pH, el clima y las plantas que has cultivado. Consultar con expertos de tu localidad puede ser una gran opción para conocer cuál es la cantidad, el tipo de abono y la periodicidad para aplicar el abono.

Abonados específicos para los cultivos

Si te preguntas cómo es que algunas personas pueden tener plantas realmente hermosas, la respuesta simple es que han comprendido a la perfección como abonar sus plantas, entre otras cosas, para lo cual han tenido que realizar una investigación a profundidad de la especie cultivada.

Un ejemplo es que el “secreto” para producir unos geranios de gran belleza consiste en un adecuado pinzado de la planta, algo que muchas veces no se dice; pero, también depende mucho de la aplicación de un abono rico en potasio durante la floración.

El abonado específico no es más que aportar ese extra de nutrientes que nuestras plantas necesitan para vivir más tiempo y/o cumplir ciertos objetivos. No es de extrañar que en el mercado se pueda encontrar diferentes fórmulas para satisfacer necesidades específicas.

Otro ejemplo sería una tomatera, cultivo en cuyos inicios le viene bien el nitrógeno (con el fin de fomentar el crecimiento de más hojas) y el fósforo (fortalece el sistema radicular), pero que te resultará útil abonar las plantas de tomateras con bastante potasio al momento de la floración para tener frutos de mayor calidad.


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