Las moscas blancas son hemípteros que se alimentan de la sabia de las plantas, específicamente, se encuentran en el envés de las hojas. Se acumulan de forma abundante en las hojas de las plantas, y poco a poco van desintegrando a la planta, sin dejar espacio vital para el surgimiento de frutos.
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Características de la Mosca Blanca
Llegan a existir más de 1500 especies de moscas blancas. Los adultos miden entre 1 a 1,5 mm de longitud. El color de su cuerpo suele ser de un amarillo pálido, mientras que sus alas blancas desplegadas tapan su abdomen y tórax. Cuentan con un aparato bucal que les permite chupar la savia de una gran variedad de plantas.
Las hembras pueden vivir en promedio de 14 a 55 días, teniendo una capacidad de reproducción abundante; por otro lado, los machos solo viven entre 3 y 34 días, siendo muy sensibles a los cambios de temperaturas. Esta especie acostumbra a dejar una descendencia mayor de hembras a largo plazo. Al existir tantas hembras, termina siendo complicado eliminar a toda una colonia de moscas blancas de un cultivo.
Al igual que ocurre con la mayoría de plagas, son especies chupadoras de savia, haciendo vida en el envés de las hojas, al igual que las cochinillas o pulgones. Normalmente escogen las hojas por su porosidad y facilidad para penetrar la vena principal, absorbiendo sin complicaciones la sabia.
La mejor forma para detectar si hay moscas blancas en alguna parte de tu planta es agitándola levemente para observar el vuelo de estos insectos.
La mosca blanca habita las plantas con la finalidad de consumir el máximo de agua y nutrientes a la savia, marchitándolas con el tiempo. El principal agravio de estos insectos, más allá del consumo del líquido vital de las plantas, es la melaza que segregan, residuos que posteriormente puede convertirse en hongos y bacterias, como la negrilla. Infecciones que realmente ponen en peligro de muerte a la planta, a diferencia de estos chupadores de savia que simplemente debilitan.
¿Por qué las moscas blancas atacan tu huerto o jardín?
Si estas sufriendo con la mosca blanca, entonces debes considerar cuál de las muchas actividades aplicadas en la jardinería estás haciendo mal; o peor aún, dejando de hacer. Lo normal es que una planta con los cuidados óptimos no sufra la invasión de ningún tipo de plaga, así que antes de buscar soluciones, debes identificar en que estás fallando. Esto incluye el exceso o falta de riego; abonado en exceso con nitrógeno; entre otros factores.
Uno de los errores que muchos pasan por alto es ser monocultivador, llegando a utilizar una sola variedad de planta en el mismo en una línea de tiempo determinada. Esto llega a agotar a los nutrientes que posee el terreno o sustrato. La mosca blanca también se le conoce como una especie biomarcadora, tomando fácilmente cualquier cultivo que sea de un solo tipo de planta.
¿Cómo combatir las moscas blancas?
Las moscas blancas no tienen por qué representar un peligro si se hacen bien las cosas con tu cultivo. Es por esta razón que es necesario que el cultivo se realice durante las épocas y climas idóneos, ya que las moscas tienen una etapa de gestación bien definida. Recuerda regar las plantas en su justa medida de agua, usar abonos orgánicos sólidos en su medida adecuada y mantenerlas bien organizadas.
Una recomendación importante es vigilar en todos los rincones del cultivo, agitando las plantas y chequeando los enveses, detectando algún signo de daño en la planta. Esto puede significar un ahorro importante en el uso de insecticidas o químicos agresivos, que a largo plazo pueden hacer mucho daño a tu huerto.
Jabón Potásico
En caso de padecer de una plaga de regular a grande, el jabón potásico puede ser un producto de gran utilidad. Este jabón al entrar en contacto con las moscas blancas reblandece el exoesqueleto, debilitándolas hasta el punto en que aceleran su muerte.
Si bien existen otras técnicas más rudimentarias y de baja complejidad, muchas veces no son suficientes, especialmente cuando las moscas blancas han infestado tus plantas. En caso de tener una colonización demasiado numerosa, una solución que ha demostrado tener efectividad es el jabón potásico. Generalmente, se utiliza una proporción aproximada de 20 a 30 ml de jabón potásico por cada litro de agua, aunque se recomienda observar la dosis recomendada en la etiqueta del producto adquirido.
Aceite de Neem
El aceite de Neem también llega a ser muy útil en estos casos. Este segundo, es un insecticida natural capaz de actuar frente a la mosca blanca con una eficiencia pasmosa. En este caso se utiliza de 3 a 5 ml por litro de agua, dependiendo de lo extendido que se encuentren las moscas blancas.
Si tu plaga es muy complicada, puedes utilizar ambos productos, iniciando con el jabón potásico. Posteriormente, después de 1 hora, dar el golpe de gracia con el Aceite de Neem. Se recuerda que la aplicación de estos productos debe realizarse muy temprano por la mañana, cuando la luz solar no sea muy fuerte.