Especie delicada y muy confundida con las orquídeas, la flor de Iris es una planta con flores con una gran diversidad de colores y tipos. No por casualidad, es uno de los favoritos de los amantes de las plantas y se puede encontrar en infinidad de jardines.
De simples cuidados, la flor de Iris no requiere de grandes habilidades. A continuación te contamos más sobre las características, cuidados y la plantación de esta planta para quien desee disfrutar de su belleza en casa.
Tabla de Contenido
Características de la flor de Iris
La flor de Iris tiene más de 200 variedades, pero la mayoría tienen características muy similares. Los colores azul y morado son los más comunes, pero esto no es una regla. Así, podemos encontrarlos en tonos blancos, amarillos, rojos, entre otros colores.
Las flores tienen 3 pétalos. Su crecimiento depende mucho de la variedad plantada, y va desde los 15 cm hasta el 1,20 m. Y hablando de crecimiento. Los miembros de este género son perennes y se pueden desarrollar desde rizomas rastreros (iris rizomatosos) o, en climas más secos, de bulbos (iris bulbosos)
La floración del iris depende de la variedad cultivada, pero la mayoría de las especies florecen durante todo el año.
¿Como plantar la flor de iris?
En primer lugar, identifica el clima predominante donde vives. Eso es porque dependiendo de las temperaturas, la temporada de plantación de la flor de iris varía. Esto se debe a que esta planta necesita mucha luz en el período en el que las raíces se establecen en el suelo.
Asegúrate de que el lugar donde colocarás tu flor tenga buena luz durante el día. No necesita estar expuesta directamente al sol, pero los lugares que están iluminados durante 7 a 8 horas al día son los mejores.
Como con la mayoría de las plantas, la tierra debe estar bien preparada con compost. Los suelos húmedos, pero con buen drenaje, son los más adecuados para el pleno desarrollo de la flor de la Iris.
Al poner sus raíces en el suelo, tenga cuidado de no enterrar su rizoma por completo, ya que esto impide que la planta crezca. Y siempre que plantes más de una planta, recuerda dejar un espacio mínimo de 30 cm entre ellos.
Para la siembra en maceta se aplican las mismas reglas, lo que cambia es el drenaje en la maceta. Para asegurar esto, antes de sembrar, colocar una capa de arena o piedras en el fondo del macetero. Otra opción es invertir en un recipiente de cerámica. Con respecto a las plántulas, así como ocurre en el suelo, se debe respetar el espacio a dejar entre ellas, por lo que debes colocar una plántula por macetero.
Cuidados
La necesidad de agua disminuye cuando estas especies alcanzan la madurez, por lo que basta con un buen riego cada 5 a 7 días. Las plantas que están en el jardín, en invierno, cuando el clima tiende a ser más seco, cuentan con sus bulbos para mantenerse nutridas, así que no te preocupes tanto por regar, excepto en casos extremos. La flor de Iris es muy resistente al cambio climático, por lo que es ideal para quien se inician en la jardinería.
En invierno también es habitual que en tu planta aparezcan algunas hojas amarillentas o parduscas. Estas hojas deben eliminarse, ya que pueden robarle los nutrientes a la planta y enfermarla.
Como toda flor, la flor de Iris necesita de fertilizantes para ayudar a su desarrollo. Los de uso común están indicados y deben aplicarse al suelo y nunca al tallo de la planta. Después de su aplicación, se recomienda regar la planta para una mejor adherencia.
Cómo se usa la flor de Iris
Además de ser plantas decorativas, las flores de iris, la igual que el jazmín, tienen un exquisito aroma. Llegando incluso a ser utilizado como base para algunos perfumes debido a su fuerte y agradable olor.
A pesar de esto, es necesario tener mucho cuidado al manipular esta planta, ya que tiene algunas propiedades tóxicas. Por lo tanto, es recomendable usar guantes al plantar. Hay que tener especial cuidado para que su savia no entre en contacto directo con la piel. Esto puede causar irritación grave e incluso quemaduras, ¡así que ten cuidado!
Curiosidades sobre esta planta
La Flor de Iris recibió su nombre de la diosa de la mitología, Iris, conocida por ser una mensajera que usaba el arcoíris como medio de transporte. Por lo tanto, debido a los diversos colores que puede tener esta flor, fue nombrada de esa manera.
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