Aprende sobre el proceso de cómo plantar rúcula. Una planta de rápido crecimiento y fácil cultivo en maceteros o huertos. Un vegetal que no requiere de mucha mano de obra y tiene un consumo en expansión.
No a todos les gusta el sabor ligeramente ‘picante’ de la rúcula. Pero es precisamente esta característica la que hizo que esta verdura ganara un amplio espacio en el menú de la población mundial y horticultores.
Esta planta es originaria de la región mediterránea y conocida desde la antigüedad. La rúcula se utiliza cruda en ensaladas y como ingrediente en pasteles, pastas y sándwiches. También se utiliza como cobertura para pizzas.
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Características de la rúcula
De rápido crecimiento y fácil de cultivar en camas, la rúcula es una excelente opción para los pequeños productores y jardineros urbanos. No requiere de mucha agua y se adapta a diferentes regiones, aunque los lugares con temperaturas suaves son los más adecuados para el cultivo con fines comerciales. El uso de invernaderos agrícolas puede ser una alternativa para su producción en la temporada de lluvias durante el verano.
Una de las variedades más utilizadas es la Eruca sativa, el nombre científico de la rúcula, perteneciente a la familia Brassicaceae, la misma que alberga al repollo, coliflor, y brócoli. Las hojas grandes y tiernas de esta verdura son una fuente de vitamina C y hierro.
Para consumo propio o comercialización, la rúcula se puede plantar tanto en contenedores de 25 cm de altura como en grandes áreas. El vegetal prefiere suelos medios, bajos en acidez y con un alto contenido de materia orgánica.
¿Cómo plantar rúcula?
El cultivo de rúcula se realiza mediante la propagación por semillas. Se pueden comprar en tiendas especializadas en la venta de productos agrícolas o en cooperativas. Las semillas se ofrecen en sobres o latas de 50, 100 y 500 gramos.
- Propagación: Mediante el uso de semillas. En el lugar definitivo o en semilleros, trasplantando cuando tenga 3 o 4 hojas verdaderas.
- Suelo: textura media, poco ácido y rico en materia orgánica
- Clima: temperatura entre 15 y 18 grados
- Espacio óptimo: 15 a 25 centímetros entre líneas.
- Área Mínima: Huertos y macetas
- Cosecha: 30 a 40 días después de la plantación
- Iluminación: Lo ideal es con iluminación. En macetas debe estar iluminado, pero sin sol directo.
SIEMBRA
Hay dos métodos de propagación: directamente en la cama final o en bandejas de semillas; en ambos, se deben mantener 15 a 25 centímetros de espacio entre líneas. En la siembra directa, solo se usan 0.2 gramos de semilla por metro lineal. En las bandejas, se recomienda usar de cuatro a ocho semillas en cada semillero, que germinarán entre tres y cuatro días. En las horas más frescas del día, realice el trasplante tan pronto como la plántula tenga de tres a cuatro hojas.
MEDIO AMBIENTE
Los lugares que presentan temperaturas suaves son los más adecuados para el desarrollo de la rúcula. Las verduras muestran un buen crecimiento entre los 15 º C y 18 º C. En áreas con temperaturas más altas, sus hojas se vuelven más pequeñas y con una textura inadecuada para la comercialización. Sin embargo, es posible cultivar rúcula incluso en lugares cálidos.
RIEGO
Demasiada agua puede dañar las verduras y favorece la aparición de enfermedades. Por esta razón, es bueno evitar las tierras que se pueden inundar fácilmente. Sin embargo, es importante no descuidar el riego, regando la plantación todas las mañanas.
PRODUCCIÓN
El vegetal está listo para el consumo entre 30 a 40 días después de la siembra. Evite ir más allá de este período, cuando la rúcula comienza el período reproductivo y las hojas se vuelven más fibrosas. La cosecha se realiza preferiblemente sacando toda la planta, con hojas y raíces. Sin embargo, se pueden quitar las hojas para permitir nuevos brotes. En este caso, debe cortarse por encima del brote apical.