El aranto o Kalanchoe daigremontiana es una planta única y poco exigente. Una suculenta fascinante de bajo mantenimiento, nativa de las regiones tropicales y subtropicales de Madagascar.
Esta especie es famosa por sus propiedades medicinales y por poder adaptarse a diferentes condiciones de cultivo. ¡Conoce más sobre cómo tener esta planta en casa!
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Cuidado de aranto
El aranto (Kalanchoe daigremontiana) es resistente, tolerante a la sequía y capaz de soportar el calor intenso. En este caso, es importante saber que la especie no prospera en regiones más templadas o más frías.
Como es una planta que se propaga fácilmente, incluso se considera algo invasiva, por lo que un consejo es cultivarla en floreros y limitar su crecimiento.
Cuando se cultiva en el jardín (generalmente al aire libre), la planta tiene flores pequeñas, tubulares y caídas de color gris rosado que aparecen al comienzo de la estación cálida.
Esta variedad de Kalanchoe es muy diferente a los demás, ya que los demás tienen flores mucho más notables.
Suelo e iluminación adecuada para el aranto
Al igual que con la mayoría de las suculentas, el aranto necesita un suelo con buen drenaje, puesto que el agua encharcada puede convertirse en un gran problema.
Una sugerencia es optar por una mezcla de arena o perlita para macetas estándar, pero también puedes elegir una maceta de barro que ayude a absorber el exceso de humedad.
En cuanto a la iluminación, la madre de los milagros prefiere estar en un lugar donde pueda recibir varias horas de sol, sin embargo, mucho sol directo e intenso (como el de la tarde) puede causar quemaduras en las hojas.
Lo ideal es que la luz solar sea indirecta, por lo tanto.
Riego necesario para el aranto
Como mencionamos anteriormente, el aranto es tolerante a la sequía, pero no tan tolerante a la sequía como otras especies de suculentas.
A la especie le irá mejor si recibe riego regular y gradual, especialmente durante su período de crecimiento. Aun así, solo necesita agua una vez cada pocas semanas, incluso en primavera y verano.
Es decir, incluso si te olvidas de regarlo de vez en cuando, ¡está bien!
Si notas que los primeros centímetros de la superficie del suelo están secos, puedes regar. Solo humedece gradualmente el suelo.
Durante el otoño y el invierno, reduzca la frecuencia de riego, ya que el exceso de riego puede pudrir las hojas.
Temperatura y humedad tolerables
El amaranto generalmente prefiere temperaturas alrededor de entre los 18 °C a 23 °C. Asegúrese de que no reciba demasiada luz solar directa e intensa, como se indicó anteriormente.
La planta debe colocarse en el interior en caso de que las temperaturas descienden por debajo de los 4 °C. En exteriores, no lo dejes cerca de ninguna fuente de calor, ya que esto puede dañar las hojas y secar la planta más rápido de lo que puede soportar.
¿Es necesario abonar y podar?
Como la mayoría de las especies de Kalanchoe, ¡el aranto puede vivir sin realizar una fertilización regular!
En cuanto a la poda, no hace falta, pero te recomendamos que elimines los tallos muertos y las plántulas caídas.
¿Cómo hacer plántulas o propagar?
Su propagación es fácil gracias al uso de plántulas que produce esta especie, siendo incluso innecesario el uso de semillas.
Notarás que las plántulas están listas para ser removidas cuando la planta principal entra en su período de latencia invernal. Se caen naturalmente, o puede quitar estas plántulas de la hoja (se desprenden sin demasiada presión).
A partir de ahí, colócalas en la superficie de una maceta con tierra húmeda, esta debe tener buen drenaje para que puedan comenzar a echar raíces.
El cambio de maceta de aranto solo se efectúa cuando las plántulas que han caído empiezan a echar raíces de la planta madre.