Si deseas aprender a cultivar camelia y disfrutar de este arbusto de follaje llamativo y flores de elegantes colores, sigue leyendo esta guía para conocer sus características y el proceso de cultivo de esta planta. Una planta que llega a ser sumamente popular en invierno y primavera, y que puede ser el pilar de tu huerto durante todo el año.
La camelia (Camellia japonica) es una planta que se caracteriza por embellecer los jardines de varios países. A nivel mundial, se estima que hay más de 30 mil cultivares. Todas estas especies son árboles o arbustos de características perennes y frondosos.
Al igual que otras plantas florales de mucha belleza, como la verdolaga y la allamanda, se pueden observar comúnmente en bulevares, bordes de jardines, plazas y parques y como un acompañamiento de paredes. Esta especie de arbusto llega a tener una demanda de plántulas para interiores y exteriores, llegando a favorecer al segmento creciente de la floricultura.
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Características de la camelia
Una vez establecida, la planta es muy resistente y requiere poco mantenimiento. Pero es importante enfatizar que, como es sensible a las altas temperaturas, no tiene un buen desarrollo en todo tipo de ambiente.
Se desarrolla perfectamente en lugares donde hay una mayor incidencia de frío, incluso llegando a ser tolerante a las heladas. Una excepción es la variedad de doble flor blanca, que soporta una temperatura de hasta 30 º C, siempre que esté bajo condiciones de humedad constante.
En climas cálidos se puede cultivar la camelia a media sombra, lo que favorece el crecimiento de la planta. El suelo también se puede mantener bajo óptimas condiciones para la planta si se cubre con hojas secas o paja. Aunque tiene un origen japonés, la flor se ha adaptado bien al clima subtropical.
En el cultivo de camelia con fines comerciales, se debe dar preferencia a la siembra en el suelo, medio que es el más apto, teniendo la capacidad de alcanzar hasta los 6 metros de altura. Sin embargo, en la producción a pequeña escala, se pueden plantar en macetas grandes.
Con pétalos plegados o simples, las flores de camelia son vigorosas y vienen en diferentes tamaños y en tonos vibrantes como el rosa, blanco, rojo o chamuscado en blanco y rosa. Si quieres mantener la apertura de los botones, es muy importante ser riguroso con la fertilización de los agujeros donde se sembrará.
El follaje del arbusto de camelia también se considera ornamental, y en algunos países se cultiva para la producción destinada a la tala. Su coloración verde se produce durante todo el año, las hojas ovales, brillantes y coriáceas con bordes irregulares contribuyen a la formación de una planta exuberante y robusta, que llena toda el área que ocupa.
¿Cómo plantar Camelia?
La floración depende del origen de la planta, por lo que al comprar las primeras plántulas debes comprobar si estas provienen de estacas o acodos. Las variedades híbridas también son una alternativa para lograr árboles compactos.
- Propagación: La propagación se efectúa por estaca o acodos. También se puede realizar mediante semillas.
- Temperatura ideal: Suave, entre los 10 º C a 20 º C. Requiere de noches frías.
- Iluminación: De preferencia a media sombra
- Tipo de suelo: Un suelo acido (pH de entre 6 a 6.5), rico en materia orgánica y de buen drenaje.
- Espacio óptimo: En variedades altas de 4 a 6 metros. Las variedades pequeñas de 0.7 a 1 metro, especialmente si se utiliza para seto.
- Fertilizante: Una cantidad de 3 a 4 kilos por planta.
- Poda: Sí, mejora la aireación y la entrada de luz.
PROPAGACIÓN
Se efectúa por estaca o por acodos, métodos utilizados después de la floración de la planta. Si vas a utilizar semillas de camelia debes saber que la primera floración ocurre solo después de diez años. Para facilitar, use estacas en formas puntiagudas tratadas con hormona de enraizamiento. La producción de las plántulas debe realizarse en un ambiente totalmente sombreado y bajo un riego constante. Están listos para ser trasplantados a su lugar definitivo cuando alcancen una altura de entre 0,8 y 1 metro.
MEDIO AMBIENTE
Requiere de una temperatura suave, que varía entre 10 ºC y 20 ºC, ya que la flor tiene dificultad para desarrollarse en lugares con clima muy cálido. El calor y la alta humedad hacen que los botones florales se pudran. La existencia de noches frías es uno de los requisitos para que florezcan abundantemente. También necesita brillo, siendo el cultivo a media sombra lo más recomendado.
SIEMBRA
Debe estar en suelo profundo, rico en materia orgánica y ligeramente ácido, con un pH entre 6 y 6.5. Aunque la planta necesita riego frecuente, el suelo necesita un buen drenaje para no quedar encharcado, algo que se puede identificar por que el follaje se vuelve amarillo.
Profundidad del Agujero
Para el árbol de camelia se debe cavar un agujero de 50 x 50 x 50 centímetros. En la parte inferior, antes de plantar, agregue una o dos palas de arena o cáscara de arroz carbonizada y mezcle con el suelo para asegurar que el suelo permanezca bien drenado.
ESPACIO
En caso de elegir variedades altas, altura de 4 a 6 metros, o de ser el elemento central de tu jardín, el espaciado puede ser de 4 metros o más. Las variedades híbridas más pequeñas, o para formar un seto en el jardín, necesitan una separación de 0.7 a 1 metro entre plantas.
FERTILIZACIÓN
El fertilizante orgánico se utiliza en una cantidad de 2 a 3 kilos por planta. Todos los años y antes del período de floración, fertilice el dosel con estiércol de ganado curtido o humus, que proporciona fósforo y potasio, nutrientes esenciales para una buena floración.
PODA
Permite la entrada de luz y la aireación del dosel, disminuyendo la incidencia de enfermedades fúngicas y favoreciendo la siguiente floración. Quitar las ramas secas y las partes enfermas de la planta después de la floración.
PRODUCCIÓN DE CAMELIA
Las flores en plantas propagadas por esquejes o acodos comienzan a mostrarse a partir de los tres a cinco años después de la siembra y pueden cultivarse durante décadas sin necesidad de ser reemplazadas. En el cultivo para la producción de follaje para corte, la planta puede ser reemplazada con mayor frecuencia, para aumentar la producción de ramas.