Son cada vez más los ensayos y guías clínicas las que recomiendan el control de los niveles tensionales para mantener la salud; llegando a existir estudios que señalan que el control de la presión arterial puede tener un efecto en la salud del cerebro. Evidencia que puede ser de especial interés en lo que se refiere a prevenir las complicaciones cerebrovasculares (1, 2).
En base a múltiples estudios surgidos en los últimos años, se ha demostrado que mantener un control intensivo de la tensión arterial podría disminuir la aparición de ciertas lesiones cerebrales (3, 4).
Tal como lo describió un nuevo estudio, donde se utilizó exploraciones por resonancia magnética nuclear para encontrar alteraciones en la sustancia blanca cerebral, indicativos del deterioro cognitivo.
Se observó una relación entre la menor aparición de lesiones cerebrales y un tratamiento intensivo para el control de la presión arterial, resultado superior al obtenido en aquellos pacientes que utilizaron un tratamiento estándar (5).
Resultados que son alentadores para conocer como el control de la presión arterial puede reducir el riesgo de enfermedades como el Alzheimer y diversas formas de demencia.
Al respecto, la PhD. María Carrillo, directora del equipo científico de la “Alzheimers Association” (EE.UU), opina sobre este estudio: “Se suma al creciente numero de datos científicos que señalan una relación entre la salud cardíaca y la salud cerebral. Sin embargo, es necesario más estudios para comprender si un tratamiento intensivo puede ayudar a reducir el riesgo de demencia” (6).
No es para menos, muchos de los resultados son alentadores, por lo que muchos científicos expertos en el área aún mantienen sus posiciones expectantes para la confirmación de dichos resultados.
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Lo que opinan los consensos
El estudio que mencionamos anteriormente, es apenas uno de los más nuevos sobre el tema, pero, análisis en poblaciones más amplias como los estudios SPRINT o HOPE-3, donde se evaluaron a miles de pacientes hipertensos de diversas condiciones, han servido de bases para cambios radicales de los comportamientos médicos (7, 8).
Importantes asociaciones como la American Heart Asossiation (EE.UU) y la European Society of Cardiology (UE) han utilizado estos y otros ensayos comparativos aleatorizados para sus actualizaciones más recientes sobre el control de la enfermedad hipertensiva y sus complicaciones (9, 10).
De esta manera, en la última guía sobre el manejo clínico de la hipertensión arterial se denota la relación encontrada entre el control adecuado de la tensión arterial y la disminución de la aparición de enfermedades cerebrovasculares, como la apoplejía o las afectación cognitiva, incluyendo la mencionada demencia vascular o el alzhéimer.
Entonces, ¿Qué debes hacer?
Tal como opina el Dr. Richard Hodes, reconocido experto del National Institute on Aging (EE.UU) que: “Los resultados demuestran que una disminución intensiva de la presión arterial puede reducir el deterioro cognitivo, factor de riesgo de la demencia, hecho que nos brinda nuevas rutas hacia la prevención de esta enfermedad…” (11).
En base a esto, un buen manejo de las cifras tensionales no puede ser la solución para los problemas del cerebro, pero si un comienzo. Por ello, una consulta oportuna con un profesional de la salud es recomendable. Al igual que iniciar y mantener importantes cambios en nuestro estilo de vida, tal como; dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol y sal (no más de 2 gramos diarios) y mantener una buena actividad física. Todo esto, es el primer paso para el control de la tensión arterial y de una mejor calidad de vida (12, 13, 14).