La flora intestinal y su relación con la diabetes y obesidad

Estudios han aumentando la atención puesta de la comunidad científica en la posibilidad de que la flora intestinal tenga cierta influencia en los cambios metabólicos que facilitan el desarrollo de enfermedades como la diabetes tipo 2 y la obesidad.

Relación de la flora intestinal sana y la mejora de la diabetes y obesidad

Ya era conocido, tras muchos estudios, que la flora bacteriana presente en el intestino llega a influir en el sistema inmunológico, la absorción de colesterol, la regulación del intestino, la producción de vitaminas y que incluso es capaz de prevenir varios tipos de cáncer.

Un estudio publicado recientemente ha llegado a demostrar que el trasplante de la flora intestinal de ratas con peso saludable a ratas con obesidad produjo una reducción de peso en aquellos ratas obesas, incluso produciendo que tengan un peso similar a aquellas ratas de peso saludable.

El intestino es un órgano que está habitado por trillones de microorganismos, entre los que se incluyen hongos y bacterias, todas formando parte de la microbiota intestinal.

Si nos ponemos a comparar las células totales de nuestro cuerpo, son muchos más los microorganismos presentes en nuestro intestino. Es por esta razón que no es descabellado leer algunos estudios científicos que consideran a nuestro intestino, y su microbiota, como un “segundo” cerebro debido a la influencia que tiene en todo el cuerpo.

Otros estudios recientes demuestran que tener una flora bacteriana saludable, produce ciertas sustancias que influyen en la producción de insulina. Hormona utilizada para la metabolización de la glucosa en energía. Cuando se ve deteriorada la acción de la insulina, la glucosa no es utilizada por las células como energía, generando un aumento de tejido adiposo. Produciendo un depósito de combustible no utilizado por el cuerpo, y como consecuencia se puede observar un aumento de peso y una cierta tendencia a desarrollar diabetes tipo 2.

Es por este motivo que la flora bacteriana puede influir en estas tendencias, es decir, cuando hay disbiosis (flora no balanceada) se puede ver  deteriorada la acción de la insulina. Sin embargo, aún se deben hacer muchos estudios para poder aclarar este argumento.

¿Qué daña a la flora bacteriana?

Es importante señalar que el equilibrio de la flora bacteriana puede verse afectada por factores como la edad, el uso antibióticos, el estrés, la dieta, pH intestinal, pesticidas, entre otros. Se considera mantener en equilibrio a la flora cuando esta se compone principalmente por bacterias beneficiosas, siendo muchos los tipos de lactobacilos como: Bifidobacterium, Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus rhamnosus, entre otros.

Alimentos para recuperar la flora intestinal

Para mantener este equilibrio se debe consumir alimentos muy ricos en fibra ya que esta sustancia promueve el desarrollo de la flora intestinal, actúando como “alimento” para el desarrollo de las bacterias buenas. Las fibras se pueden encontrar en frutas, cereales integrales (arroz, avena, pan), leguminosas (soja, garbanzos, frijoles, lentejas, guisantes) y verduras con hojas (lechuga, col, rúcula, entre otros).

Otros alimentos como el ajo, la cebolla, el plátano y el tomate presentan frutooligosacarides, la cual estimula una microflora saludable. También se deben incluir alimentos con probióticos (Lactobacillus); como el yogur, kéfir, chucrut (col fermentada), el tempeh (producto de soja fermentada) y la leche fermentada.

Flora intestinal medicamentos

Un problema muy común que puede afectar la supervivencia de los lactobacilos es la acidez del estómago. Estas bacterias son poco resistes a los bajos niveles de pH del estómago, siendo incapaces de proliferarse en estas condiciones.

Hoy en día, es común la prescripción de lactobacilos en forma liofilizada o cápsulas pero protegidas de la acidez del estómago. De esta manera llegan a alcanzar al intestino y así tener una mayor oportunidad para desarrollarse y ayudar en el mantenimiento o restauración de la flora intestinal sana. Estos suplementos son prescritos en caso de haber sufrido de algún factor dañino para la misma, como por ejemplo, cuando se utiliza antibióticos para tratar ciertas infecciones.

En cuadros de diarrea, especialmente aquella causada por un virus, se prescribe probióticos como la Saccharomyces boulardii, ya que ayuda a reducir los movimientos intestinales y por ende recupera la flora intestinal dañada.

Sin embargo, es importante que estos suplementos sean prescritos por un especialistas, ya que su uso continuo puede producir un excesivo crecimiento de bacterias que, pese a ser beneficiosa, puede producir una fermentación excesiva de los alimentos, causando una sensación de hinchazón en el vientre, cólicos, dolor abdominal e incluso diarrea. Esto es especialmente necesario en personas con inmunodeficiencias graves, donde su uso necesariamente debe ser prescrito por un médico, ya que pueden estar contraindicados en algunos casos.

Mientras se espera por más estudios de la correlación entre la flora intestinal con la obesidad y la diabetes tipo 2, vale la pena tener una flora intestinal saludable con el consumo de nutrientes como la fibra, evitando alimentos con pesticidas, consumiendo alimentos orgánicos, y evitando el uso de antibióticos sin una necesidad real. La prevención es siempre la mejor medicina.