La hiedra es una planta que encanta debido a su belleza y por su versatilidad. Esta se puede plantar con distintos propósitos: como puede ser el revestimiento de un macizo de flores en espacios abiertos; crear entornos más verdes; como parte de macetas suspendidas, creando un efecto colgante; y como enredaderas para vallas y pérgolas. En este artículo te explicaremos los cuidados de la hiedra al momento de cultivarla y sus requerimientos para crecer saludable:
Tabla de Contenido
Características de la hiedra
Entre las características de la hiedra, podemos mencionar que existen muchas variedades de hiedra, teniendo una ligera variación en tamaño de hoja y coloración. ¡Algo que caracteriza a todas estas plantas es que son bellas y se consideran fáciles de cultivar, solo teniendo algunas variaciones en sus preferencias de clima!
Esta se cultiva principalmente con fines paisajísticos y para la decoración de ambientes interiores, aunque también le va bien en exterior. En salones y oficinas, puede adaptarse muy bien, siempre que reciba la luz solar necesaria durante algunas horas.
Al ser una planta pendiente, también puede ser usada en macetas suspendidas, al igual que otras variedades como el potus y el collar de corazones.
Entre las opciones para que la planta quede suspendidas se puede mencionar las macetas de madera y el macramé, dando toques increíbles en la decoración.
En áreas al aire libre, como porches y patios traseros, la hiedra es una excelente opción para cubrir macizos de flores y pérgolas. Al ser una especie trepadora, es importante enrollarla alrededor de la estructura donde crecerá.
Cuidados de la hiedra
Suelo recomendado para la hidra
Para el cultivo en macetas, se recomienda hacer una mezcla de tierra vegetal, tierra común y arena de construcción, en iguales proporciones. También es fundamental añadir humus de lombriz o abono equilibrado NPK 10-10-10 con la finalidad de que el suelo esté rico en materia orgánica y fértil. De esta forma, la hiedra se desarrollará mejor.
¡No te olvides agregar una capa de drenaje en el fondo de la maceta! Puedes hacerlo con piedra triturada o arcilla expandida, colocándolos antes de del sustrato o tierra Esto es un paso crucial porque la hiedra no tolera la tierra encharcada.
Iluminación
Las hiedras se adaptan muy bien a diferentes espacios, pudiendo crecer a pleno sol o a semisombra, es decir, en espacios abiertos y soleados o en interior.
Si bien hemos dicho que puede desarrollarse a pleno sol, es importante endurecerla paulatinamente. Esto consiste en ir introduciendo a la planta al ambiente soleado poco a poco para que se vaya adaptando a la luz solar directa.
La luz influye mucho en el color de las hojas, ya que si se coloca en un espacio interior de poca luz, las hojas se volverán completamente verdes, perdiendo aquellos tonos más claros de sus hojas.
Riego
Los riegos deben ser regulares, aproximadamente 3 veces por semana, aunque esto depende del clima de tu región y la estación. Durante el invierno, este riego se reduce a dos veces por semana.
En todo caso, es importante comprobar el estado del sustrato con la yema de los dedos y buscar que se mantenga húmedo, pero sin encharcamientos.
Durante los períodos de lluvia, llega a ser realmente importante prestar atención a la humedad del suelo
Poda de la hiedra
La hiedra necesitará una poda con la finalidad de conducir a la planta a donde se prefiera. Esto se debe a que si sigue su propio camino se puede adherir a estructuras o incluso a plantas donde no queremos.
Otra poda recomendada es la que consiste en limpiar aquellas hojas que estén secas o amarillentas.
Propagación de la hiedra
Es muy fácil obtener plántulas de hiedra, ya que debajo de sus hojas crecen nuevas raíces, por lo que solo debes cortar una pequeña parte y plantarla en un nuevo lugar. Lo mejor es que la planta no tendrá problemas para desarrollarse, incluso no siendo necesario enterrar la raíz, solo acomodarla en el suelo.
Ahora que ha aprendido todo sobre el cultivo de hiedra, te invitamos a leer nuestro artículo sobre la planta hormiga.