La calidad del suelo es un factor importante para tener un cultivo exitoso. Un proceso que permite que las plantas puedan obtener los principales macro y micronutrientes que necesita para crecer. No hay que olvidar que la tierra, después de un tiempo de uso extensivo, empezará a tener deficiencia de minerales, requiriendo de lo que se conoce como fertilización. Si deseas saber cómo fertilizar las plantas correctamente, proceso que ayudará a que el suelo recupere los nutrientes necesarios para que tus plantas tengan un pleno desarrollo, mira estos consejos:
Los fertilizantes se pueden encontrar en diferentes formatos, como fosfatados, clorados, carbonatos, nitrogenados y mixtos. Sin embargo, a pesar de ser bueno para tus plantas, el uso excesivo de estos cambia la composición química del suelo, incluso haciendo menos productivo al suelo y causando daños muy serios al ecosistema, por lo que se debe usar correctamente.
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¿Cómo fertilizar diferentes cultivos?
Incluso con todos los cuidados para las plantas, incluyendo una correcta iluminación y riego, sin fertilización puede que tus cultivos no encuentran la fuerza para desarrollarse por completo. Recuerda que cada planta es diferente, así que consulta cada cuanto tiempo será necesario la fertilización al momento de adquirir tu planta. A continuación te indicaremos que nutrientes requieren dependiendo del uso que se le dará a la planta:
Fertilización de Fruta
Las plantas frutales deben ser regadas con frecuencia y contar con una fertilización radicular rica en fósforo (P) para estimular la aparición de frutos y flores. Al ser algo consumible, es importante la utilización de fertilizantes orgánicos, como harina de huesos, o puedes aplicar una composición NPK 4-14-08, siguiendo las indicaciones del fabricante.
Floración
Si lo que deseas es promover una adecuada floración, puedes abonar con un abono químico NPK 4-14-8, de liberación controlada, para poder tener un resultado rápido. Algunas alternativas orgánicas a los productos químicos son el humus de lombriz, la harina de huesos y el estiércol de ganado bien seco. Estas son opciones que tienen la ventaja de no producir sobredosis.
Hojas
Si deseas aprovechar las hojas de la planta, puedes usar un NPK 10-10-10 diluido en agua para el riego, o también conocida como fertirrigación.
En este caso, tenemos opciones como los fertilizantes orgánicos de origen animal, como el estiércol de aves. Solo coloca la mezcla un poco lejos de la base de los tallos de la planta y riega generosamente. La cantidad a emplear puede depender mucho de una variedad a otra, y el tamaño de la planta, así que revisa las instrucciones en el paquete.
Un consejo que se debe tener en cuenta al abonar la tierra con abono NPK es conocer que su liberación es inmediata, por lo tanto, no llega a permanecer mucho tiempo en el suelo, por lo que debes complementar con el uso de abono orgánico, como puede ser el humus de lombriz y harina de huesos.
Algo importante para conocer si las plantas no están obteniendo los nutrientes necesarios, observa el estado de las hojas:
Otro punto de atención a la hora de abonar con fertilizantes químicos y minerales es no excederse. El exceso de fertilizante es causante de un desarrollo anormal de la planta, incluyendo quemaduras, marchitamiento y pudrición de la raíz. En el jardín, el problema es mayor, ya que el suelo y las aguas subterráneas pueden sufrir de radicales cambios en su composición, algo que afecta seriamente al ecosistema
Asimismo, es necesario comprender para qué sirven y cuáles son los diferentes tipos de fertilizantes existentes.