Sembrar Alfalfa – Aprende sobre este cultivo, cuidados y cosecha

La alfalfa es una planta perenne perteneciente a la familia de las leguminosas, al igual que las habas, lentejas y frijoles, que se cultiva especialmente en estaciones algo frías. Generalmente, es utilizada como alimento para animales o como un acondicionador del suelo. Esto último se debe a que la alfalfa es muy nutritiva y rica en nitrógeno, haciéndola ideal para nutrir el suelo y controlar la erosión. Sin embargo, es una planta que también se puede consumir para nutrir nuestro organismo cuando las condiciones de cultivo son inocuas. A continuación conocerás el proceso de cómo sembrar alfalfa:

Su cultivo llega a ser muy útil cuando se necesita incorporar nutrientes al suelo, necesarios para el crecimiento de futuras plantas.

También se debe remarcar que proporciona nutrientes importantes para tu organismo.

Aspectos importantes a tener en cuenta sobre el cultivo de la Alfalfa

Sembrar alfalfa en bancales, macetas o huertos urbanos

La maceta a utilizar debe ser bien profunda. En caso de utilizar un bancal o tu propio huerto debes saber que requiere de una profundidad de al menos 60 centímetros.

El sustrato a utilizar debe ser muy ligero y abonado, incorporando generosamente humus de lombriz. Algo importante a tener en cuenta al sembrar alfalfa es proporcionar calcio al suelo antes de la siembra. Esto se puede realizar triturando cáscaras de huevo (si puedes hacerlo como harina mejor), aplicando de 5 a 6 puños de este producto casero por metro cuadrado. Se mezcla bien las cáscaras de huevos trituradas con el suelo a una profundidad aproximada de 10 cm.

Antes de sembrar las semillas, se aconseja humedecer el suelo para evitar que esta se hunda. Las semillas se siembran al voleo en el sustrato, aconsejándose utilizar de una a dos cucharas cafeteras por metro cuadrado. Se cubre las semillas con una capa de sustrato. Se aplica un riego ligero para que las semillas se mantengan en su lugar. Finalmente, se coloca una ligera cobertura de mantillo de aserrín para mantener la humedad y la temperatura.

Al llegar a medir 30 centímetros, se aconseja hacer una primera cosecha de tallos, dejando unos 5 centímetros de la planta. Tras la cosecha, se aconseja abonar la tierra, evitando que la planta quede bajo la composta. El abonado tras la recolección nos permitirá tener futuras cosechas prósperas.

Consejos sobre cómo sembrar Alfalfa en grandes extensiones

¿Cuándo sembrar alfalfa?

El proceso del cultivo de la alfalfa es muy fácil de hacer, ya que se adapta muy bien a los jardines y tolera una gran variedad de condiciones ambientales; sin embargo, temperaturas por encima de los 38 °C estropean completamente la planta. Este cultivo incluso es capaz de aguantar temporadas de sequía pues no le gusta mucho la humedad. Otro punto importante en lo que se refiere a como sembrar alfalfa es que requiere de luz solar directa para su crecimiento.

Aquellas personas que requieran sembrarla en zonas muy frías pueden plantar la alfalfa en primavera. En zonas cálidas se puede iniciar en otoño, debido a la mínima incidencia de heladas tempranas.

La semilla puede germinar a una temperatura de 2 a 3 °C, pero a medida que se incrementa la temperatura se incrementa la velocidad de germinación. Llegando a ser lo óptimo aquellas temperaturas de 28 a 30 ° C. Incluso existen algunas variedades de cultivo de alfalfa que son capaces de tolerar temperaturas de -10º C. No tolerado temperaturas superiores a 38 °C.

La temperatura media anual recomendada para la producción forrajera es de 15 °C. La temperatura ideal es de entre los 18 a 28 °C, dependiendo de la variedad.

Suelo del cultivo de alfalfa

Prefiere suelos profundos, no menores a 60 centímetros, y que sean bien drenados, llegando a tener la capacidad de crecer en una amplia variedad de suelos, exceptuando aquellos con presencia de salinidad. Otro punto importante en lo que se refiere a como sembrar alfalfa es que el pH del suelo se encuentre en 7.2. En caso el pH se reduzca más allá del 6.8, será requerido la aplicación de encalados, proceso que aumentará las reservas de calcio del calcio y ayudará a reducir la absorción de manganeso y aluminio, sumamente tóxicos para la planta.

¿Cómo Preparar el Suelo?

En caso se realiza un cultivo con fines comerciales, llega a ser sumamente importante realizar las pruebas necesarias al suelo para hacer las correcciones necesarias.

La preparación del suelo se debe iniciar con un arado subsolado, proceso que removerá las capas más profundas, mejorando las condiciones de drenaje y retención de agua. Una labor muy importante dado que la alfalfa tiene raíces muy profundas.

Luego se debe realizar de 2 a 3 gradeos para nivelar el terreno, evitar el encharcamiento y eliminar malas hierbas. Se recomienda intercalar estas labores con la aplicación de abono y las enmiendas, proceso que ayudará a mezclar bien los fertilizantes y homogeneizarlo. Llegando a ser importante hacer las correcciones de fósforo y potasio, nutrientes muy importantes para su desarrollo.

Se recomienda que el abonado a fondo y el encalado se realice con dos meses de anticipación. Esto permitirá su correcta descomposición y disposición para el crecimiento de las plántulas.

¿Cómo plantar alfalfa?

Las raíces de la alfalfa tienen un crecimiento rápido, razón por la cual no requieren ser sembradas a profundidad, bastando con 1 a 1.25 cm en terrenos pesados, y 2.5 en terrenos ligeros. Se debe espolvorear las semillas de manera uniforme sobre el suelo y posteriormente se deben cubrir con una ligera capa de tierra.

Generalmente, se utiliza ¼ de libra de semillas por cada 25 pies cuadrados de espacio. Se debe dejar un espaciado de 18 a 24 pulgadas entre cada fila.

Los brotes deben aparecer después de 7 a 10 días. Una vez que las plántulas han alcanzado una altura de 6 a 12 pulgadas se debe cortar lo que sea necesario para evitar problemas de hacinamiento.

Cuidados de la alfalfa

Riego

La cantidad de agua a utilizar depende mucho de la capacidad de retención del suelo y de la profundidad de las raíces. En la estación invernal la demanda de agua se reduce, mientras que en periodos con tasas de evaporación altas debido al calor, el riego debe ser más continuo.

Plagas y enfermedades comunes

La alfalfa tiene pocos problemas de plagas; sin embargo, el gorgojo de la alfalfa puede causar graves daños. El nematodo del tallo por otro lado puede infestar y debilitar los brotes madre. Además, se debe eliminar las malas hierbas para evitar que compitan por los nutrientes del suelo.

Pulgones: Estos se combaten aplicando jabón potásico en el envés de las plantas. En caso de ser una plaga muy persiste o abundante se debe aplicar el extracto de neem.

Gusano Gris: Estas son larvas que producen un daño en la planta. Se puede tratar ecológicamente utilizando el bacillus thuringiensis.

Mosca de la alfalfa: Las larvas de estos insectos atacan las flores, llegando a producir que se sequen. Estas se pueden prevenir pulverizando las hojas con jabón potásico al 1% mezclada con agua destilada.

Gorgojos: Estas son plagas que aparecen durante la primavera. Insectos que devoran las hojas, semillas y las pequeñas raíces de las plantas que recién han germinado. Se puede evitar rotando el cultivo constantemente.

Trips: Los trips se pueden combatir utilizando una mezcla de extracto de neem y jabón potásico.

Nematodos: Se puede controlar sembrando algunos dientes de ajo cerca al cultivo de la alfalfa.

Verticilosis: Este hongo vive en el suelo y se mantiene latente durante muchos años. Se puede evitar alternando el cultivo de la alfalfa con algunas gramíneas resistentes y mediante el control de las malas hierbas.

Roya y Mildiu: Se previene eliminando las malas hierbas y cualquier resto de cultivos anteriores. También es importante evitar el exceso de humedad. Algunas personas aplican un extracto de cola de caballo o azufre.

Oídio: Se puede prevenir utilizando un sistema de riego por goteo. También llega a ser útil la eliminación de las malas hierbas y restos de anteriores cultivos.

Cosecha de la planta de alfalfa

Si la siembra de la alfalfa se realiza exclusivamente para el ganado se debe cosechar y curar antes de que inicie la floración, ya que estos animales tiene una mayor dificultad de digerir la planta cuando está madura. La cosecha en la etapa previa a la floración también garantiza porcentajes más altos de nutrientes en las hojas de la planta.

No se debe cortar la alfalfa en épocas de lluvia, ya que puedes dañar el cultivo e incluso producir la aparición de moho. Al momento de la cosecha, la alfalfa debe poseer unas hojas de verdes y frondosas, y un aroma agradable.